viernes, 23 de septiembre de 2016

El amor, por Lila Biscia

¿no habrá nunca nadie que desee beber nuestras lágrimas? (…)
yo beberé tus lágrimas.
 La obsesión de vivir.
José Sbarra


¿En qué momento dejamos de creer que el amor es posible? ¿cuándo se nos esfumó la ilusión de que podíamos todo, a pesar de todo?
¿Cuándo nos asustamos tanto, que decidimos que la huida es el mejor camino?
¿Qué día comenzamos a mentirnos y a simular que la búsqueda es interminable, solo porque no somos capaces de confesarnos que a nuestras búsquedas, las transformamos en infructuosas  simplemente por cobardía?

¿Algún día seremos capaces de poner nombre a nuestras ausencias, de dibujar el cuerpo del vacío, de llorar hasta desintegrarnos, y sencillamente: desintegrarnos?

¿Qué camino será ante el que no pongamos el propio freno?
¿En qué lugar del mundo nos atreveremos a decir basta: te encontré, no quiero moverme de tu lado? ¿Dónde está la piel que nos reconozca, el cuerpo que al tocarlo sea nuestro descanso, la risa que nos haga sentir en casa?


¿Cuál va ser el beso que nos devuelva la respiración? ¿Dónde está la mano que al tomarla nos salve de ésta jungla, y de la nuestra, y de nuestras propias bestias?

¿Cuándo vamos a ser capaces de decir que nos amamos, sin miedo? ¿cuándo pronunciaremos el amor sin espera? ¿Cuándo seremos lo suficientemente valientes para decir “te amo” sin que la respuesta signifique más que nuestra entrega?


¿Existe quien nos permita darlo todo? ¿Quien se abra desde lo más puro de su carne? ¿Quien no sienta que dar es pérdida? ¿Aquel que nos devore los labios y las palabras y que a pesar de eso, nos deje íntegramente nosotros?


“¿no habrá nunca nadie que desee beber nuestras lágrimas?


yo beberé tus lágrimas.”