viernes, 28 de octubre de 2011

Vamos, que se armó el bailongo


Paso a explicar en (¿resumidas?) palabras la noche de anoche- quiero dar a conocer mi regocijo y felicidad al pasar una madrugada de pelos...

¿Viste cuando querés dormirte de la mejor manera posible después de haber tenido un día un tanto jodido? Bueno, así no. En realidad así sí ,con el único defecto de que a eso de las 1.30 am unos individuos a quienes debo atribuirles el nombre de vecinos, me hicieron pasar la noche más larga de todas las noches existenciales en mi vida. 

Estaba a esto de dormirme, a ESTO! lo que me había costado encontrar la posición perfecta en la cual mis piernas se sintieran cómodas y en armonía con el colchón, no se imaginan. Mi cabeza ya estaba a punto de soñar con Zac Efron y ahí, ahí cuando mis pensamientos se deciden reposar, comienza a sonar una música a todo volúmen. BIEN FUERTE. PERO BIEN. Griteríos a más no poder, ruido de gente, muebles que se corren, vasos, botellas, un balcón abierto de par en par que eleva el ruido aún más, en fin... Creo que no hace falta llevar a cabo una descripción de mi cara. 

Tengo que comerme una fiesta vecinal un jueves a la noche, después de un día agotador, con la Mona Jiménez sonando de fondo y su quién se ha tomado todo el vino oh oh oh. Genial. Bárbaro. Magnífico. Extraordinario. Bueno, ya.

2am. y estos salvajes no hacen otra cosa más que gritar como desaforados. Giré en la cama unas 5 docenas de veces mientras arriba seguían a puro ritmo. Me cansé y fui hasta la cocina a prepararme una chocolatada. SÍ, UNA CHOCOLATADA A LAS DOS Y MEDIA DE LA MAÑANA.
Me deprimo. Odio todo. Odio a mis vecino fiesteros, quiero tocarles el timbre. Siento una envidia rotunda. "TRAE EL FERNET, TRAE EL FERNET".Y yo tomando nesquik. Creo que era lo que faltaba para aumentar mi nivel de satisfacción. 

3am- solos mi alma y yo. Ahora se colgaron del balcón. 'Algo en tu cara me fascina, algo en tu cara me da vidaaa.. será tu sonrisaaaa.." Cambiaron el género, Elvis Crespo a full. Quiero bailar. Quiero salir. Quiero dormir. Quiero un chongo. Creo que ya se notó que estoy viviendo una escena patética. 

Gracias a mis vecinitos me agarró mamenguitis aguda junto con ese típico sentimiento de "nadie me entiende, estoy sola" y al levantarme esta mañana me preparé el bolso para volver a santa fé con mi familia. Hoy es de esos días extrañables. A veces uno siente la necesidad de tener alguien que nos entienda, nos abrace y se ponga un poquito en nuestro lugar. Jodido tener a la familia lejos.

Me fui a dormir haciéndole cucharita a mi almohada y con mi remera de winnie pooh, mientras de fondo, sonaba el tema nº 456 'andate a dormir voooos, yo quiero estar de la cabezaaaa...'




lunes, 3 de octubre de 2011

Qué tal, vecino




Nueve de la mañana, arriba. Levanto la persiana a más no poder, olvidando por completo detalles como el hecho de estar ubicada (apenas) en el 2do piso, o que frente a mi ventana haya una docena más, o que todas estén abiertas de par en par como la mía, o que sean ventanas de un tamaño suficiente que permitan examinar de un lado hacia el otro, o que... en fin.

Después de lavarme y desayunar, pongo en práctica mi personalidad de distraída total, olvidando por completo la ventana de la habitación con su respectiva persiana subida al tope y la multitud de rendijas que se subleva afuera. Mientras me cambio, distingo un pequeño movimiento proveniente del exterior, más precisamente de enfrente, y al levantar la vista ¡sorpresa!, me encuentro con un señor curioseando en la ventana opuesta.
En ñocorpi, me tapo como puedo mientras mi consciencia decide qué hacer primero. ¿Bajar persianas? ¿Salir corriendo? ¿Taparme? Hasta que el señor desconocido levanta su mano derecha intentando regalarme un gesto cual vecino amable y simpaticón. ¿Le devuelvo el saludo? Oh por dios, qué hace este tipo??! Me está saludando con cara de boludo... Me deslicé lo más disimuladamente posible mientras intentaba que mis ojos no fijaran la vista en el decrépito que me saludaba del otro lado. Las manos no me alcanzaron para bajar la persiana.

Quién sabe cuánto tiempo estuvo asomado previo a mi descubrimiento de su presencia. Un momentito de imprudencia, señor... Si usted lee esto, individuo de bigotes y anteojos, sepa no exhibirse con demasiada frecuencia, ni saludar de esa forma tan sugestiva... nunca más. Gracielasss.

Hoy me levanté y controlé que la ventana estuviera cerrada.